El silencio de la esperanza

El consumo de benzodiacepina lo llevó a un episodio de amnesia y falta de conciencia en el que intentó incendiar la casa de un familiar, esta acción fue un detonante traumático para Agustín, quien ahora trabaja para fortalecer su autoestima y sus condiciones deportivas, disciplina que ha contribuido en su rehabilitación, lo que no se había producido del todo con programas rígidos y tradicionales.

*El nombre real del protagonista de esta historia ha sido cambiado para proteger su identidad.

La voluntad tiene componentes complejos de entender. A veces, las motivaciones son obvias y evidentes. Pero en otras son difíciles de rastrear, si es que existen. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer, en su obra cumbre El mundo como voluntad y representación, describió la voluntad como una fuerza inagotable y ciega que simplemente se manifiesta en el mundo.

Es así, con estas consideraciones, como puede acercarse a la historia de Agustín. Hoy, el joven tiene diecisiete años de edad. Desde pequeño tuvo que enfrentar múltiples situaciones familiares en las que su bienestar y el de su hermana quedaban comprometidos.

Sus vivencias podrían calificarse como traumáticas, lo que condicionó su carácter y su temperamento. Así es como llegó el punto en el que en un arranque de ira, ciega y sin reflexión, prendió fuego a la casa de su primo para intentar incendiarla.

La falta de autocontrol, así como el odio expresado contra sus familiares y contra el mundo mismo se manifestó de pronto. ¿Pero por qué así, por qué con esa falta de intermediación empática?

La delegada de Agustín en el programa de medidas cautelares en el MCA San Bernardo trata de explicarlo: “Podríamos traducir el hecho como un pasaje de estado disociativo de conciencia”.

A grandes rasgos, una modificación temporal de la percepción y las emociones. Una alteración que interfiere momentáneamente la identidad de un individuo.

Autoestima y control

Resulta complicado entrar en los detalles específicos del caso de Agustín, sin que puedan afectar la intimidad y el derecho de confidencialidad del joven.

Pero lo que es un hecho incontrovertible es que la experiencia problemática y el trauma de su crisis lo marcaron de tal manera que en un inicio no se logró abordar la temática directa en sí. No se afrontó su historia de manera abierta, sino que se buscó intervenir con él desde otras áreas de ayuda.

En este sentido, su delegada y el asesor técnico del programa, se arriesgaron a sacarlo del contexto institucional, para conversar con él fuera de la sede, charla en la que el adolescente se abrió un poco y logró expresar sus intereses y actividades que lo motivaban, entre ellas el fútbol, razón por la cual, fue invitado a la Academia de Fútbol de esta Corporación.

Esta iniciativa permitió comprender el motivo por el cual, cuando fue derivado al Programa Salidas Alternativas Sur de la Corporación Opción, por Tribunales de Garantía, y al Programa Reparación de Maltrato (PRM) por Tribunales de Familia, no se logró establecer un vínculo sólido con el chico.

Claramente, el intento de vinculación que se dio desde una lógica rígida de intervención hizo sentir al muchacho amenazado y no comprendido en su situación.

Todo lo contrario ocurre cuando se optó por el programa de Medidas Cautelares y la Academia de Fútbol de la Asociación Cristiana de Jóvenes, donde se buscó la empatía y las ayudas periféricas que permitirían una intervención integral y flexible.

Identidad y contexto

Actualmente, Agustín ya no continúa en la Corporación como usuario, pero participa como egresado, en forma voluntaria en la escuela de fútbol que funciona en San Bernardo.

“Su última participación dentro de la Corporación fue en un viaje a Uspallata, provincia de Mendoza, Argentina. Debería estar vigente en las otras dos instituciones, pero desconozco si lo han mantenido como usuario”, detalla la delegada.

Ella también contextualiza que Agustín es un adolescente que nació en la comuna de San Bernardo, en un sector conocido como el Barrio chileno, distinguido por una condición compleja en sus calles.

Hay una situación de riesgo de sociabilización callejera de los jóvenes que ahí habitan. Hay presencia de pandillas que generan un entorno de violencia, además de que el tráfico en menudeo de diversas drogas es una constante.

Esa zona, en suma, deriva en un plano susceptible para que los niños y adolescentes forjen su identidad en un espacio no apto para el sano e idóneo desarrollo vital de las personas.

Ese fue el escenario en el que nació Axel; el mismo en el que después creció junto a su madre, a sus tres hermanos y a sus abuelos maternos. Desde una etapa muy primaria, al niño le atrajo el fútbol y por ello se inscribió en la Escuela de la Unión Española.

Adquirió ese hábito de la práctica futbolística, aunque en forma paralela protestaba de forma continua por asistir al colegio. Esta era la raíz de muchas discusiones con su madre, que comenzaban con su renuencia para levantarse por las mañanas y asistir a la escuela.

Conducta automática

En esas rutinas ríspidas se desarrolló hasta cerca de los 14 años de edad, etapa en la que se cambió de domicilio para vivir con su padre, en otro sector de la comuna llamado El Manzano. Aquel sector presentaba igual o más riesgo que el anterior en los términos de la condición callejera, de violencia y consumo de drogas.

En esas circunstancias dio sus primeros pasos como adolescente, pero su vida iba a tener aquel episodio traumático con alta carga afectiva, que detonó en un intento de incendio de la casa de su familia.

Agustín realizó la acción en un estado disociativo de conciencia, como consecuencia del consumo de benzodiacepina. El hecho se formalizó como un intento de incendio y desde ese momento comenzaron las instituciones judiciales y sociales a indagar e intervenir en el joven y su entorno, lo que comenzó a aquejar a la familia, ya que se sentían excesivamente invadidos. Por consecuencia, construyeron una conducta automática de rechazo hacia la institucionalidad.

El 18 de enero de 2018 Agustín ingresó al programa MCA. En su primera entrevista asistió acompañado por su madre y no respondió a ninguna pregunta de su delegado. Un silencio rotundo.

En la segunda entrevista se volvió a repetir la misma dinámica: el joven se mantuvo en un completo silencio ante la entrevista, postura que se extendió a todo el contexto de la medida judicial.

Habilitación

No obstante, los profesionales del programa observaron que Agustín se paralizaba ante las entrevistas, notaron que proyectaba angustia y su silencio no era predeterminado por una decisión racional.

Esto apoyó la hipótesis de la victimización secundaria que estaba viviendo el joven y, en consecuencia, se ideó la estrategia de sustraerlo del contexto institucionalizado, y en cambio mostrarle el lado más amigable del programa.

Se le invitó entonces a la Academia de Fútbol de la ACJ, todos los días viernes en el Estadio Municipal de San Bernardo y las cosas comenzaron a cambiar.

Desde la invitación inicial a la que asistió —la primera semana de febrero del año 2018—, Agustín nunca más faltó a un entrenamiento, encuentro deportivo, entrevista o reunión en la Corporación, incluso ahora, que está egresado del Programa.

Según el señor Jaime Rojas, profesor de la Academia de Fútbol, el joven comenzó a sentirse parte del equipo conformado en la escuela de fútbol, “se posicionó en la cancha y fuera de ella como un referente, queriendo ser cada vez mejor. Paulatinamente comenzó a ser uno de los líderes del grupo”, cuenta.

Al respecto Rojas concluye que si “en un momento no habló, no fue por oposición o porque era mudo, sino porque el delito que cometió (intento de incendio de su hogar) fue una manifestación subjetiva de un episodio traumático que padeció en su familia y, cada vez que debía presentarse en una institución, le evocaba la vivencia que quería y quiere olvidar, los especialistas lo llaman “mutismo selectivo”, síntoma de la revictimización que estaba padeciendo”, dice el profesor.  

En forma paralela, comenzó a participar a las entrevistas de habilitación judicial pactadas con su delegado y a la Escuela de Fútbol. Su proceso socio-deportivo fue exitoso, ya que Agustín logró crecer no sólo en su disciplina y talento físico sino, por sobre todo, en el fortalecimiento de su autoestima y auto-concepto.

De forma espontánea el joven empezó a relacionarse con otros y de manera exitosa con su delegado, y fue a todas las instancias judiciales que se le citó.

“Me gusta venir a la ACJ porque primero encuentro a todos simpáticos; también nos llevan a todos lados a jugar a la pelota, nos dan colaciones y ropa para jugar. Yo nunca había estado en un club que te dieran todo eso, y por ello quiero venir siempre”, valora Agustín.

Al respecto, desde la Academia de Fútbol ACJ reflexionan que, sin intervenir en el delito o en la vulneración que sufrió el joven, “sólo dejándolo jugar al fútbol en un espacio estructurado, normado y cercano en lo humano, se logró restablecer su autoestima, mejorar su autoconcepto, su sentido de autoeficacia y por sobre todo, que volviera a hablar de sus experiencias, más allá del dolor o la satisfacción de estas, en definitiva, logró sentarse al frente de su delegado y hablar sobre su “adolescencia”, que, en definitiva, es de lo que hablan todos los jóvenes, quizás teñido por una ambiente hostil en el que viven y en el que buscan destacar.”, concluyen.

En la actualidad, Agustín compone y escribe letras en ritmo hip – hop; pensamientos de vida que los convierte en música, quizás es su forma de simbolizar su experiencia traumática, pero por respeto a su intimidad nunca lo sabremos, ya que la magia de mostrarle el lado amigable de las instituciones es precisamente que se exprese genuinamente, ya sea con un balón de fútbol, un micrófono, una patineta o riéndose con sus amigos, lo que en definitiva posibilita transitar en el desarrollo evolutivo, considerando la complejidad de la adolescencia.

Todo su proceso, ha facilitado ostensiblemente las interrelaciones de Agustín, quien ahora es un adolescente que puede establecer un dialogo asertivo, que acata todas las normas y nunca más ha consumido benzodiacepinas. Eso indica que su camino ha retomado un rumbo positivo a través de los programas de la Corporación y su Academia de Fútbol.