En el marco de la semana de celebraciones por el Día Internacional del Libro, la Corporación ACJ celebró la premiación del concurso literario en el que participaron más de 30 jóvenes infractores de ley —que atienden sus diversos programas—, quienes mostraron sus talentos narrativos y su reinserción social por el camino artístico.
Mario Vargas Llosa entendía la literatura como un acto de rebeldía frente a lo existente: “es uno de los grandes valedores de la libertad humana, porque es una fuente de rebeldía, de actitudes críticas frente a lo existente. La literatura con su sola existencia nos está demostrando que el mundo en el que vivimos no nos basta, que esta realidad tal como es no es suficiente para colmar nuestras expectativas, nuestros sueños”, decía el Nobel peruano.
Y entendiendo la escritura justo como el arma de la voluntad y la expresión que es capaz de modificar el entorno de vida —apreciación cimentada en las palabras de Vargas Llosa—, es como la Corporación de Desarrollo Social de la Asociación Cristiana de Jóvenes, en conjunto con la Sociedad de Escritores de Chile y el SENAME, celebraron la tercera versión del certamen literario Cuentos Libres, una exitosa experiencia en la que los jóvenes sancionados bajo la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente se atrevieron a expresar sus más íntimas vivencias, frustraciones, alegrías e inquietudes, a través de creaciones literarias propias.
Talleristas
Para esta edición de la justa, los jóvenes participantes fueron preparados por la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), institución que a través de dos referentes de nuestras artes: la poeta, novelista y cronista, la señora María de la Luz Ortega y la cantante, escritora e ilustradora, la señora Cecilia Almarza —también es Directora General de la SECH—, desarrolló un taller literario denominado Inducción al Cuento.
El taller, desarrollado durante cuatro jornadas, contempló el proceso de creación, estructuración y redacción de los relatos con el fin de que los adolescentes se sintieran más confiados y motivados para participar en la construcción de una historia.
Al respecto, la señora María de la Luz Ortega, dice que el interés de los niños fue notorio y estimulante en algunos momentos, además de sensiblemente significativos para el grupo, una vez que se impregnaron de sensibilidad a través de relatos personales que daban cuenta de emociones profundas y valiosas, tanto literariamente, como humanas.
Las historias concursantes fueron compiladas en una antología de 38 cuentos y, en muchas de ellas, los jóvenes abordan el avance en su proceso de intervención, sus dolores como niños y el brusco cambio que muchos viven y los orilla a una adultez apresurada.
“Extraño todo de afuera, la realidad es negra aquí, la comida fiscal, los profes, pero aún hay algo que me mantiene en pie. Escucho historias a diario, de cómo mis compañeros llegan a robar, o cómo ser el más vio de la población, pero me puedo dar cuenta de la tristeza que cargan, hay historias que me hacen pensar en las noches, cuestionándome si esto es lo que quiero: un día mucho dinero, millones… y al otro nada en un encierro. Hoy solo me pregunto ¿podré cambiar?”
El fragmento anterior pertenece al cuento La vida no está hecha para cobardes del adolescente C.G. del Programa Libertad Asistida Especial de Estación Central, merecedor del segundo lugar del certamen. El relato fue leído en público por la escritora e ilustradora Cecilia Almarza, en la emotiva ceremonia presidida por la destacada periodista de Radio Cooperativa, la señorita Paula Bravo Concha, quien compartió su entusiasmo con la mayoría de los invitados que repletaron el auditorio del edificio de la Defensoría Pública Penal el pasado 26 de abril.
Vida y color
Como es tradición en las actividades y eventos corporativos, la ceremonia de premiación inició con una breve invocación cristiana, realizada por el señor Eduardo Cid, Pastor Guayano, ex capellán del Palacio de la Moneda, miembro del directorio YMCA y Presidente de la comisión de orientación cristiana de YMCA, quien a través de la parábola del hijo pródigo explicó a los adolescentes los valores de la compasión, la humildad y el arrepentimiento por las faltas cometidas.
Las grises butacas del auditorio adquirieron vida y color con los diversos y distinguidos invitados, entre ellos los encargados de leer y apreciar cada uno de los cuentos participantes para lograr elegir los relatos ganadores.
Este equipo de personas fue integrado por la coordinadora regional del programa Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Cultura, la señorita Elisa Aguirre Pérez; la jueza presidenta del 4to Juzgado de Garantía de Santiago, la señora Ana Emilia Ethit; la escritora y secretaria del programa Memoria Viva de la Sociedad de Escritores de Chile, la señora Paz Myriam Figueroa; el presidente del Círculo de Periodistas, el señor Douglas Hübner Vidal, y la jefa de gabinete de la Diputada Camila Vallejos, la señorita Jennifer Tapia Rodríguez.
En cuanto a las autoridades, esta instancia contó con la participación del señor Eduardo Conca, presidente de la Corporación de Desarrollo Social de la ACJ, quién tomó la palabra para contextualizar esta actividad dentro de las muchas otras que la institución realiza para lograr la real inclusión a la sociedad de los jóvenes infractores; también se destacó la presencia de la señora Nora Rojas, directora regional del Departamento de Justicia Juvenil del SENAME, quien al cierre de la ceremonia dedicó unas emotivas palabras.
Todos ellos fueron reconocidos por su apoyo en el desarrollo de esta actividad creativa, en donde los jóvenes infractores, por un momento, bajaron sus defensas —válidas por lo demás— para a través de la cultura, ser solo unos adolescentes con la dignidad y sus derechos intactos.
Mejores sueños
Ese espíritu artístico despertado en los jóvenes, se vio refrendado cuando el destacado escritor chileno Jorge Baradit los cautivó con un discurso que generó sintonía con sus vivencias.
El autor, fiel al estilo aventurado en su exitosa trilogía literaria La Historia Secreta de Chile, desmitificó la vieja y conocida frase, tan arraigada culturalmente, que asegura que “una imagen vale más que mil palabras”, con ejemplos claros de que un concepto, oración u objeto escrito crea imágenes potentes y de una riqueza mucho más detalladas que una foto concreta.
Baradit no quiso dar lecciones de vida, por ello los instó a seguir escribiendo y leyendo porque las frases de gran belleza solo cobran plenitud cuando el lector las hace suyas:
“Leyendo uno descubre y comienza a construir su propia estructura de pensamiento; cultura no es el cuadro colgado en el museo de Bellas Artes; cultura es lo que hacemos los seres humanos, cómo la transmitimos y cómo se la enseñamos a nuestros hijos; y el libro ha sido históricamente la mejor forma de transmitir lo mejor de la humanidad. Entrar en el mundo de la literatura y la escritura, nos hace más humanos, nos hace mejores, nos hace ser capaces de soñar mejores sueños, para nuestro futuro y el de nuestros hijos”,concluyó el escritor que pidió a los muchachos que le autografiaran sus cuentos.
En el pozo
Además, y por petición de los mismos jóvenes de la Corporación, se presentó el importante compositor y cantante de música rap y hip hop —también delegado y trabajador social de la institución—, Pablo Parra, conocido internacionalmente como Funky Flu. El artista, junto a su especial invitado, K. (ganador de la segunda versión de este concurso), deleitaron a los presentes con sus armónicos ritmos y potentes letras con contenido social.
Como impronta permanente e identidad corporativa, fundamental es el apoyo que se les da a los delegados, delegadas y profesionales de intervención directa con los jóvenes; ellos son los que ejercen un arduo trabajo socio-educativo y los acompañan y motivan en cada proceso, actividad y taller, y éste no podía ser la excepción.
Por tanto, se tornó esencial que este año los profesionales participaran de esta instancia, por lo que se creó en el concurso la categoría para funcionarios, con el objetivo de que tuvieran la posibilidad de involucrarse junto a los jóvenes en esta experiencia, de modo que pudiesen también potenciar sus capacidades y habilidades de manera constante, lo cual aporta al refuerzo del vínculo entre el profesional y el adolescente, el que es considerado el motor de cambio en el proceso de intervención.
En consecuencia, se homenajeó a los once participantes de esta categoría y se premiaron a los tres primeros lugares elegidos por el jurado: El tercer lugar fue para Sebastián Ruiz González del programa Libertad Asistida Especial San Joaquín, por el cuento Martín mi propia copa; el segundo lugar se otorgó a Gustavo Vejar del programa Servicio en Beneficio de la Comunidad con la historia titulada The last goodbye to the father; mientras que el primer lugar fue conquistado por Natalia Jiménez Moyano, del programa Libertad Asistida Especial de San Joaquín, gracias a su cuento En el pozo, un relato de supervivencia y reflexión que deja una enseñanza de motivación para lograr la superación personal.
Creatividad y compromiso
Finalmente, llegó el momento de homenajear a los protagonistas principales de este evento, los jóvenes de la Corporación: chicos que junto a sus orgullosos familiares esperaban escuchar sus nombres, lo que de alguna manera los valida y dignifica. Treinta y dos chicos de todas las líneas de programas ACJ fueron festejados por su esfuerzo, incentivo y motivación.
Después del merecido aplauso para los participantes, comenzó la premiación en categoría jóvenes, sin antes señalar que el jurado realizó un arduo trabajo para elegir a los ganadores, ya que todos los cuentos se destacaron por creatividad y compromiso lo cual quedó plasmado en la antología que fue entregada al público, luego de concluir la ceremonia.
“Me tocó la parte de evaluar los cuentos y realmente me impresioné mucho a tal punto que me involucraba en las lecturas; es que muchos eran muy buenos. Fue muy difícil evaluar para elegir el primer y segundo lugar”, reconoce la señora Paz Myriam Figueroa, escritora y secretaria del programa Memoria Viva de la Sociedad de Escritores de Chile.
En esta categoría, como mención honrosa, se destacó el cuento La haza mágica de Peñaflor, del joven J.P.V.A., perteneciente al programa de Salidas Alternativas ACJ Talagante; el tercer lugar, con el cuento El ascensor, fue para el muchacho O.O del Programa Medidas Cautelares de Estación Central; el premio lo recibió su delegado, César Gutiérrez, dado que el adolescente se excusó de no asistir porque había cambiado su lugar de residencia fuera de Santiago.
El segundo lugar, como se mencionó líneas más arriba, fue para el cuento La vida no está hecha para cobardes, escrito por C.G., del Programa Libertad Asistida Especial Estación Central, quién expresó emocionado: “Muy bonito todo. Es la primera vez que parto en esto y estoy agradecido de todos”. “Ahora a estudiar” —lo interrumpe su compañero quien ganó el primer lugar—. “Y a apoyarse” —le responde él antes de concluir—: “Estudiar y apoyarse. Estoy súper contento. Gracias por todo”, dijo feliz.
El primer lugar fue para el relato La esencia del joven D.G.O., del Programa Libertad Asistida Especial de San Bernardo. Se trata de una historia noir protagonizada por animales cuyas personalidades silvestres son humanizadas para la acción.
El autor reconoció que siempre le gustó escribir y el arte en general.
«Aprovecho de agradecer a todos los que vinieron, y si alguien algún día ve este libro quiero decirle que mi cuento lo hice con mucha dedicación, es algo que me identifica. Me gustó mucho esta experiencia, me gustan los libros, me gusta leer y por ahora es un pasatiempo, pero puede ser un trabajo y eso es lo que me gusta, porque cuando uno hace lo que le gusta no es un trabajo”, concluyó el ganador.
Todos los jóvenes recibieron una Gift Card con diferentes montos y una colección de libros para su biblioteca personal.
Esta experiencia literaria desarrolló, tanto en los jóvenes como en los profesionales, una fuerte conexión en la que fueron casi colegas, en algunos casos compañeros del taller literario realizado por la SECH; este vínculo motivó la participación de los adolescentes, que aumentó considerablemente en relación con la versión anterior.
El certamen en sus diferentes etapas no solo se conforma como una actividad rutinaria y ni siquiera solo como un espacio literario, sino en una especie de catarsis para transmitir experiencias, historias de vida y las emociones de cada joven, a través de la escritura. En una manera de modificar la realidad que les rodea a través de su imaginación. Como aquellas palabras de Mario Vargas Llosa.
Las fotografías de la ceremonia fueron hechas por Alfonso Galvez,
a quien agradecemos profundamente.