Adolescentes del Programa Libertad Asistida Especial ACJ San Bernardo se adentran en un viaje transformador a través de la naturaleza, encontrando reflexión, belleza y un nuevo sentido de conexión con su entorno.
En busca de estimular la conexión y valoración de la naturaleza y el medio ambiente, el Programa Libertad Asistida Especial ACJ San Bernardo (PLE) se propuso retomar las prácticas relacionadas con actividades de buen uso del tiempo libre. Uno de los objetivos para este semestre fue lograr que los jóvenes se reconectaran con el entorno natural, generando espacios para la reflexión y el autodescubrimiento, algo especialmente importante tras el periodo de pandemia que hemos vivido los últimos tres años.
En esta ocasión, un grupo de jóvenes del programa fue convocado para una emocionante jornada de senderismo en el Parque Mahuida, ubicado en la comuna de La Reina. El sendero elegido fue el básico, diseñado para principiantes y que permite una experiencia autoguiada.
La aventura se inició en la sede del programa en la comuna de San Bernardo. Desde allí, jóvenes y delegados se dirigieron hacia La Reina, más precisamente al final de la Avenida Larraín, donde la ciudad da paso al entorno natural. Una vez en el lugar, recibieron las indicaciones de los guardaparques y se prepararon para el ascenso equipados con bebidas hidratantes, barras de cereal, galletas y yogur para acompañarlos en el recorrido.
Tras una hora y media de caminata por el Sendero Loma Pelada, atravesando quebradas y bosques de la zona central, los senderistas alcanzaron la primera cumbre del sector: el Mirador Uno. Desde allí, continuaron hacia el Reloj de Sol y, finalmente, llegaron al Mirador Loma Pelada.
En cada uno de estos puntos, los jóvenes se entregaron a un merecido descanso, permitiéndoles recargar energías y, sobre todo, sumergirse en una reflexión profunda mientras admiraban el entorno que los rodeaba. Allí, apartados de la rutina diaria, se vieron cautivados por la impresionante belleza natural que envuelve a Santiago.
El descenso se realizó con sumo cuidado, asegurándose de preservar el espacio natural, dejando tras de sí un entorno impecable. Cada paso descendente era un recordatorio de la responsabilidad y el respeto que sentían hacia la majestuosa naturaleza que, minutos antes y desde las alturas, los había deleitado con panorámicas pintorescas.
Con la satisfacción de haber completado la travesía, la jornada llegó a su fin y los adolescentes se reunieron en torno a un almuerzo. El aroma de la comida llenaba el aire, despertando sus sentidos y generando una sensación de camaradería y gratitud. Mientras compartían el banquete, cada bocado era una fuente de energía que recargaba sus cuerpos agotados, pero también les brindaba una profunda satisfacción personal por haber superado el desafío.
El senderismo se enmarca perfectamente en los ejes distintivos de la labor institucional. La recreación, el deporte y la participación sociocultural se revelan como poderosas herramientas que no solo fomentan el ejercicio de derechos, sino que también generan un impacto significativo en los procesos de intervención socioeducativa para la reinserción e integración social de los jóvenes participantes.
